Las pruebas de supervivencia en las sesiones de Gladys Leonard, una médium de trance, adoptaban la forma de descripciones muy detalladas. La información era conocida únicamente por el sujeto, y, en algunos casos, mas allá del conocimiento de este. Como ejemplo de esto último, en una sesión llevada a cabo en 1915, la información que debía proceder del recién fallecido hijo de Oliver Logde, quien fue soldado, describió detalles de una fotografía de un grupo del regimiento cuya existencia era desconocida en este momento y que posteriormente resultó ser cierta.
Lily Talbot
Los casos anteriores eran un ejemplo de las capacidades de Gladys Leonard, pero, sin duda, uno de los más relevantes fue el caso de Lily Talbot. Acudió a una sesión en marzo de 1917, sin dar ningún nombre ni ninguna dirección, enviando más tarde sus impresiones a la SRP. Escribió:
Feda dio una descripción muy correcta de la apariencia personal de mi marido, y desde entonces, él sólo pareció hablar (a través de ella, por supuesto) y siguió una conversación muy extraordinaria. Estaba intentando por todos los medios a su alcance probar su identidad y mostrarme que realmente era él mismo, y a medida que pasaba el tiempo, me vi obligada a creer que así era. Todo lo que dijo, o mejor dicho, lo que Feda dijo por él, fue claro y lúcido. Se hablaba de incidentes del pasado, conocidos sólo por él y por mí. Pertenencias triviales en sí mismas pero que poseían para él un interés personal particular del que yo era consciente. Fueron minuciosa y correctamente descritos, y se me preguntó si todavía los tenía. También me preguntaron repetidamente si todavía creía que era él quien hablaba, y me aseguraron que la muerte no era realmente la muerte en absoluto, que la vida continuaba no muy diferente de esta vida y que él no se sentía cambiado en absoluto.
Luego vino una descripción de un viejo cuaderno de cuero suyo, que Feda insistió en que debía encontrar y luego buscar algo importante en la página 12 o 13. Esta charla no le interesó mucho, pensó que había tirado el cuaderno. Pero para su disgusto, Feda persistió durante algún tiempo, ofreciendo varias sugerencias sobre cómo podría identificar el cuaderno y el extracto, y refiriéndose a "indoeuropeo, ario, lenguas semíticas", "una tabla de lenguas árabes", "diagrama" y "dibujo". Talbot no quiso cumplir, pero mencionándoselo a su sobrina, esa noche fue instado por ella a buscarlo. Al final, ella escribe:
Fui al estante de libros, y después de algún tiempo, justo en la parte de atrás del estante superior encontré uno o dos viejos cuadernos pertenecientes a mi marido, que nunca antes había sentido que me importara abrir. Uno era de cuero negro y destartalado, que correspondía al tamaño de la descripción dada, y lo abrí distraídamente, preguntándome si el que buscaba había sido destruido o sólo enviado lejos. Con gran asombro, mis ojos se posaron en las palabras "Tabla de lenguas semíticas o siro-árabes", y sacando la hoja, que era un largo papel doblado y pegado, vi al otro lado "Tabla general de las lenguas arias e indo-europea". Era el diagrama del que había hablado Feda. Me quedé tan sorprendida que olvidé por unos minutos buscar el extracto.
Cuando lo hizo, encontró en la página 13 un pasaje copiado de un libro que describe las supuestas condiciones de supervivencia post mortem:
Descubrí por ciertos susurros que se suponía que no podía oír y por miradas de curiosidad o conmiseración que se suponía que no podía ver, que estaba cerca de la muerte... En ese momento mi mente comenzó a pensar no sólo en la felicidad que estaba por venir, sino en la felicidad que realmente estaba disfrutando. Vi formas largamente olvidadas, compañeros de juego, compañeros de escuela, compañeros de mi juventud y de mi vejez, que uno y todos me sonreían. No sonreían con ninguna compasión, que ya no sentía que necesitara, sino con esa clase de bondad que intercambian las personas que son igualmente felices. Vi a mi madre, a mi padre y a mis hermanas, que habían sobrevivido. No hablaban, pero me comunicaron su afecto inalterado e inalterable. En el momento en que aparecieron, me esforcé por comprender mi situación corporal... es decir, me esforcé por conectar con mi alma con el cuerpo que yacía en la cama de mi casa... el esfuerzo fracasó. Estaba muerto...
Bobbie Newlove
Drayton Thomas describe en las actas de la SPR las sesiones que obtuvieron un notable éxito. En estas no estuvieron presentes nadie que conociera a la persona fallecida o que supiera algo sobre las circunstancias de su vida y muerte, excluyendo así cualquier posibilidad de que la médium recogiera información del sujeto por telepatía o pistas visuales.
Bobbie Newlove murió en 1932 por difteria, a la edad de diez años. Era hijo de la hijastra de un tal señor Hatch. La familia vivía en la ciudad de Nelson en Lancashire. Semanas después de la muerte del niño, Hatch se puso en contacto con Drayton Thomas, quien se reunía con Leonard para investigar. La familia había leído su libro Life beyond death y le preguntó si, en sus sesiones con Leonard, podría presentar pruebas de que Bobby había sobrevivido a la muerte.
En las once sesiones realizadas, se hicieron un gran número de declaraciones sobre Bobby y la forma de su muerte. De ellas, 100 fueron específicas y correctas. Por ejemplo, el disfraz de Jack de Corazones que había usado una vez, los ejercicios de gimnasia que practicaba y el equipo que usaba. Treinta y ocho declaraciones generales más eran vagamente relevantes, y 26 eran pobres. Sólo 7 estaban realmente equivocadas.
Resultó de gran interés las declaraciones sobre que Bobby había contraído la infección jugando cerca de tuberías que echaban agua contaminada, en un lugar que normalmente no visitaba. Esa información era desconocida hasta el momento. Thomas y la familia descubrieron posteriormente un lugar que correspondía con las descripciones y, más tarde, una persona del lugar pudo confirmar que Bobby y otros niños iban a jugar allí y habían roto la tubería que llevaba agua de los manantiales de las colinas, lo que provocaba que el agua se acumulara. Se descubrió que el agua estaba contaminada y que era perjudicial para la salud.
Frederick William Macaulay
Unas experiencias similares se produjeron en 1936 por Thomas a sugerencia de ER Dodds, un profesor de Oxford y escéptico en el tema de la supervivencia más allá de la muerte. Las sesiones se celebraron en nombre de Stanley Lewis que quería contactar con su padre Frederick William Macaulay, que había fallecido tres años antes. Feda hizo unas declaraciones que correspondían a las circunstancias de la vida del muerto, en concreto ciertas bromas familiares. Mencionó varios nombres de personas que habían estado conectadas con la casa de Macaulay, incluyendo "Race... Rice... Riss... puede ser Reece pero suena como Riss". La hija de Macaulay encontró esto muy significativo, ya que su hermano mayor había tenido un amigo de la escuela llamado Rees, y fue insistente en que debía de pronunciarse de la manera correcta.
En otra ocasión repitió la palabra "baños", que supuso que tendría un significado para la familia. Dijo "Su hija lo entenderá. No es algo bastante ordinario, pero siente algo especial". La señora Lewis escribió:
Esto es, para mí, lo más interesante que ha surgido hasta ahora. Los baños siempre fueron una broma en nuestra familia. Mi padre fue un enfático en que el agua no debe ser desperdiciada por tener baños demasiado largos o por dejar grifos goteando. Es difícil explicar lo íntimo que parece ser este detalle.
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